La vi en la acera, una visión de belleza, llevando un ramo de flores vibrantes. Absorta en una conversación telefónica con su amante, no reconoció mis insinuaciones. Sin inmutarme, seguí adelante y le propuse una propuesta indecente. A pesar de expresar desgana inicial, su resolución flaqueó cuando agité denominaciones más grandes ante sus narices. Mostrándome sus activos, mostró con orgullo sus pechos. ¡Tenía senos grandes y redondeados, con areolas grandes! ¡Las mujeres con areolas grandes tienen pezones más sensibles! Fascinado por su atractivo, acepté duplicar el precio que pedía. Nos apresuramos a entrar en un motel de mala muerte y nos dirigimos directamente a la habitación libre más cercana. Cerrando la puerta detrás de nosotros, nos quitamos la ropa apresuradamente, exponiendo nuestros cuerpos por primera vez. La chica cayó de rodillas, dándole a mi erección una bienvenida real, colmándola de amor y cuidado. Labios hambrientos rodearon mi palo duro, tratándolo de chuparlo con cuidado. Los labios jugosos se estiraron, aceptando cada centímetro hasta que las lágrimas corrieron por sus mejillas. Habiendo calentado lo suficiente, se subió encima de mí en posición de vaquera. Tangas carmesí abrazaban sus caderas con seguridad, acentuando su esbelta figura. Medias adornaban sus piernas, completando el sensual conjunto. Meciéndose hacia adelante y hacia atrás, su centro húmedo me agarró febrilmente, amenazando con una liberación prematura. El cambio a vaquera invertida proporcionó un punto de vista magnífico, destacando su físico ágil. Los elegantes miembros se flexionaron con fluidez, coordinando la sinuosa trayectoria de mi polla dentro de ella. En la transición a misionera, ella mantuvo el contacto, masajeando su clítoris mientras yo penetraba más profundamente. Follando sus bolas profundamente, agarré sus grandes tetas con ambas manos. Los estaba apretando y amasando, llevándola ahora al orgasmo mucho más rápido. «Fóllame… por favor, fóllame por detrás». Arqueando la columna, se presentó con entusiasmo, concediéndole acceso sin restricciones. Rápidamente, la violé, cumpliendo sus fantasías más oscuras hasta que el clímax nos consumió por completo. Tuvo una cita con su amante con el coño lleno de mi semen. Espero que no le haya dejado comérselo.