Una polla gorda en mi culo no es suficiente, así que meto mi puño allí.

Era una auténtica ninfa, esa rubia platino tatuada. Su cuerpo estaba perfectamente curvado en todos los lugares correctos. El gran culo y las grandes tetas estaban en proporciones perfectas, mientras que encima de su coño había un tatuaje de la mandíbula del diablo que atraía a cualquier hombre ingenuo que creyera que podía satisfacerla al máximo. Así que atrajo al chico para que se la follara, al que rechazará como de costumbre. Él empezó a comerle el coño y ella lo animó con sus gemidos. Se sumergió profundamente entre ella para sentir su sabor interior. Cuando se filtró, lo montó y golpeó su herramienta en posición de vaquera y disfrutó de la forma en que él podía entrar y salir con tanta facilidad. Pero eso no fue suficiente para esa perra, quería sentirlo en su trasero, así que comenzó a hacer puños para preparar el terreno para el anal. Su hijo de puta estaba encantado y rogaba mirarlo a los ojos mientras le metía todo el puño en el trasero. Después de ese espectáculo de puño anal, su monstruosa polla pudo penetrarla fácilmente. La rubia caliente yacía sobre el misionero mientras él le metía madera tan profundamente como podía en su culo. Él tocó su arranque y la sacudió hasta el punto de gritar. Con ambos agujeros follados profundo y duro, comenzó a correrse como loca. Se puso cada vez más cachondo y aceleró. Los golpes eran cada vez más fuertes y ella chorreaba con pasión. Luego cambiaron la pose. La rubia estaba de rodillas con un puño en el culo y su polla profundamente en su coño. ¡Él la folló salvajemente a lo perrito mientras ella se golpeaba con el puño! Gracias a Dios, este chico sabe cómo ofrecer una intensa follada anal, y ella queda hecha un desastre y satisfecha.

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