Por cierto, la hija de los dueños es una puta por excelencia y quiere que la follen los trabajadores.

Era un día normal en la obra. Estábamos renovando una casa cuando vinieron nuestros clientes para comprobar el progreso: un matrimonio y su hija adolescente. Mientras caminábamos por la casa y hacíamos una estimación de lo que había que hacer, la niña mostraba sus ordenados sobrenaturales y perfectos. Maldita sea, se veían increíbles y algunos de mis colegas comenzaron a tocarlos. A la chica no le importó. También me acerqué para jugar con sus tetas. Eran tan jodidamente suaves. En un momento, ella nos dijo que nos sacáramos las pollas. Se arrodilló y empezó a chuparnos. Ya sabes, somos trabajadores, no somos estrellas porno, así que aquí y allá se podía ver una polla de tamaño promedio y algunas más pequeñas, pero diablos, la zorra babeaba sobre nuestras pollas y pelotas. De vez en cuando, de una habitación a otra, se sorprendía un poco cuando sus padres y nuestro jefe interrumpían la explosión. Finalmente, los dos fuimos a una habitación, donde ella se quitó los jeans y las bragas para que yo pudiera dárselos por detrás. Ella extendió sus nalgas con ambas manos, exponiendo su entrada húmeda. Coloqué la cabeza de mi polla entre los labios de su coño. Me froté de arriba a abajo. Miré mi polla palpitante. La punta estaba cubierta de sus jugos.
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La ninfómana comenzó a empujar hacia atrás, empalándose en mi eje. Estaba totalmente metido en eso y comencé a esforzarme lo más fuerte que pude. Los chicos estaban enyesando las paredes y yo le tapaba la boca con la mano cuando el jefe entró y casi nos pilla en el acto. Tuvimos que trasladarnos a otra habitación. La perra empezó a montarme mientras los chicos estaban allí, y fue la mierda más satisfactoria que jamás haya existido. Tener relaciones sexuales delante de otras personas la excitaba mucho. Su coño goteaba por toda mi polla. Sus piernas temblaban por un orgasmo interminable. Mientras los otros chicos pintaban el techo y hacían todo el trabajo, yo me estaba follando a esta perra al estilo de vaquera invertida. Ella saltaba sobre mi polla y su trasero me daba esos rebotes increíbles. Estaba tratando de mostrársela a mis hijos y su trasero todavía rebotaba. Su trasero estaba afuera y estaba tratando de ponerse los jeans, pero estaba toda saltarina y esas cosas. Los chicos la admiraban y querían un pedazo de ella. Fuimos al baño y cuando ella puso mi polla entre sus pies e hizo esa paja con los pies que me gusta. Mientras ella hacía todo el trabajo, yo hablaba sucio con ella sobre algunas cosas desagradables, y ella se ocupaba de eso. Incluso puso la sonrisa más salvaje en su rostro. Mientras los dueños inspeccionaban su futura habitación, ¡yo me corría en la boca de su hija cachonda!

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