El tiempo se detuvo y lo usa para desnudarse y follar chicas – PARTE 1

Las tentaciones sobrenaturales se vuelven realidad. Es tarde y Donnie entra al supermercado local para comprar algunos bocadillos. Lo saludan Emma y Rose, las hermosas dependientas de la tienda. Se da cuenta de que algo extraño está pasando en esta tienda. De repente, todos (vendedores y clientes) se congelan. Como en una especie de película de ciencia ficción, el tiempo se ha detenido para todo el mundo, excepto para él. ¿Qué harías si te encontraras en una situación así? La cajera morena está parada congelada frente a él. Él agita la mano, pero ella ni siquiera parpadea. Siendo el chico cachondo de mediana edad, se arriesga y acaricia sus suaves montículos. La cajera ni siquiera se mueve ante su toque, permaneciendo inexpresiva. Él la desnuda y chupa sus caídos pechos adolescentes. Sus dedos se cuelan entre los muslos bien formados y tocan disimuladamente la vagina expuesta. Manteniendo una vigilancia constante, su alegría y su miedo ante esta situación fluctúan. Dejando atrás la atractiva estatua, Donnie explora las tranquilas islas de las tiendas. Allí, encuentra a una linda trabajadora rubia atrapada en una posición en cuclillas. Lejos de cualquier mirada desenfocada, deja caer atrevidamente su cinturón. Todo está en calma, pero su cerdo no ha dejado de desear acción. Quitándole el sombrero naranja, desliza su cerdo en la adorable boca. Él disfruta de la calidez suave e incomparable, pero ni siquiera esta chica reacciona. Sus reacciones están ausentes y no siente arcadas por su carne. Con mucho esfuerzo baja los pantalones de la dama, dando su mejor impresión atlética mientras se desliza debajo. No quiere que la lastimen, así que humedece suavemente su entrada con la lengua. Para garantizar su seguridad, desliza su cintura por debajo de la portería y, con determinación, la convierte en una vaquera. El trabajo de levantar sus caderas es demasiado agotador, por lo que coloca suavemente a la chica medio desnuda para un cómodo estilo perrito. Con cariño, masajea su tierno donut, balanceando amorosamente su trasero. La trabajadora ve las líneas de productos en los estantes, sin sentido y sin reaccionar. Pero mientras él se hincha dentro de su cala bien afeitada, ella parpadea. De alguna manera, la rubia había recobrado el sentido. Ella está confundida, pero eso le da la esperanza de que tal vez los demás puedan regresar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio