Sin otra alternativa que confesar su crimen, Ryan no tiene adónde ir. Es una ladrona, pura y simplemente. Llenó su bonito sostén con calcetines. El chico de seguridad del centro comercial que la atrapó le da dos opciones. Puede confesar lo que hizo o esperar a la policía. Disgustada por la segunda opción, le ofrece al oficial una tercera opción. Ella le pregunta si puede complacer al tipo bailando para él y dejándolo que la registre al desnudo. Él se muestra reacio al principio porque sabe a qué se refiere, pero finalmente acepta. Es muy obvio que Ryan ha hecho esto antes. La chica sexy se desnuda y sacude su culo sobre su polla, poniéndola dura. El encaje blanco de su lencería vuelve loco al hombre. Inmediatamente le mete la polla dentro de la boca. La niña hace todo lo posible para meterlo dentro de su boca, pero apenas puede meterlo. No pasa un minuto y él se la come y le llena el coño como un loco. Se la folla en modo misionero y luego a lo perrito directamente sobre la mesa. El primer plano del perrito desde abajo te volverá tan loco como a él. Luego se sienta y coloca a la chica desnuda en un asiento caliente. Esta perra es tan sucia que incluso lo hace grabar mientras ella se agacha sobre esa polla. La chica se corre, chorrea y gime sobre esa polla. A él le gusta la indiferencia con la que ella se lo folla. Cuando ya no puede aguantar más, todo el suelo está mojado y resbaladizo por el semen. Finalmente, se retira y rocía con semen a su pequeña ninfómana del centro comercial. A ella le gusta que le cubra las tetas y la cara. Mike está dispuesto a dejarla libre, pero sólo por esta vez.