Como el clima era hermoso, nos lo pasamos genial en la naturaleza. Mi novia se burló de mí con su culo perfecto, haciendo twerking para que todos lo vieran. Pero una vez que regresamos a mi auto, las cosas empezaron a calentarse. Me di cuenta de que está de humor para divertirse un poco más. Mientras ella se quita lentamente la blusa y juega con sus tetas, no pude evitar ponerme duro como una roca, lo cual ella notó y con mucho gusto me desabrochó los pantalones. Sin perder un segundo, mi putita comienza a engullirlo y mientras lo hace me aseguro de jugar con su clítoris tembloroso. No podía creer lo mojada que se puso, así que encendí el auto rápidamente para llevarla de regreso a mi casa, donde podemos ensuciarnos en privacidad. Tan pronto como entramos corriendo a la casa, ella me llevó al dormitorio y continuó chupando y garganta profunda mi polla palpitante con alegría. Antes de reventar demasiado rápido, tuve que empujarla sobre su espalda y abrirle las piernas. Al golpearla en el misionero tuve la oportunidad de mirar sus tetas y escucharla gemir en voz alta mientras la estiraba. Como sé que a ella le gusta lo duro, la agarré por el cuello y le incliné el culo para golpearla por detrás con todas mis fuerzas. Puedo decir que le encanta mientras gime sin poder hablar sucio, así que para darle algo de control la dejo montarme como quiera. Mientras estaba arriba, no le tomó mucho tiempo tener un orgasmo tembloroso, pero a pesar de que llegó, todavía tenía fuerzas suficientes para golpearla más tiempo antes de llenarla de semen.